Lo que durante décadas fue impensado, hoy ocurrió. La Aerolínea 27, tal como era apodada, desapareció de las calles como tal. Sus buses rojos y beige ya no se verán más circulando por la Avenida Fernando de la Mora. Si bien en los últimos tiempos ya era difícil verla, debido a la poca cantidad de unidades que tenía en funcionamiento, tanto los asuncenos como los sanlorenzanos tenían la esperanza de verla resurgir.
Tal como ocurrió con su colega la línea 60 porteña, ambas desaparecieron, a pesar de ser prácticamente el sinónimo de colectivo en sus respectivas ciudades, algo que no las dejó exentas de su extinción.
Su buen servicio, la rápidez en sus itinerarios, y sus grandes y modernas unidades, que le dieron el apodo de "aerolínea", a partir de ahora solo serán un recuerdo entre quienes fueron sus pasajeros.
Desde hoy, es reemplazada por la empresa Ñandutí de Itagua y su línea 165, la cual ya la está operando con sus unidades.
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